Habla Yogador
Yogador
Reflexiones y actividades en el camino a Krishna
¿Por qué se hace complicada la vida espiritual? ¿Será que es como dicen, que es simple para los simples y complicado para los complicados?
¿Será que es como dicen, que queremos salvarnos agarrándonos de una cuerda con una mano mientras con la otra agarramos kilos de rocas a las que estamos apegados?
¿Será entonces que es como dicen que atrapan a los monos en África? Ellos meten la mano a una vasija que contiene una fruta y ya no la pueden sacar al haber hecho puño agarrando dicha fruta.
Tal vez solo nos estamos limitando. ¿Por qué tratamos de ser felices individualmente, y no colectivamente? Uno de los más grandes placeres es ver felices a nuestros seres queridos. Entonces parece que el problema es que no queremos a nadie, excepto a un puñado de personas que comparten muestra sangre, o en menor medida, que comparten nuestra raza, condición social, religión, estatus social, etc. Y claro a quienes nos complacen o a quienes nos benefician.
¿Será que somos unos convenidos nada más? Pero aún así, en el colmo de los colmos, muchas veces confundimos lo que nos conviene con lo que nos da placer, o promete placer.
Aunque sea por conveniencia tal vez podríamos apoyarnos todos mutuamente, al menos para comenzar.
Una vez un una anciana estaba tratando de subir a un tren, pero había tanta gente que estaba en su misma situación, que le era imposible abrirse paso entre todo el tumulto. De repente, un joven la levantó y la cargó.
- ¡Abran paso, esta anciana se ha desmayado! ¡Abran paso! - gritó el joven.
Ante ello la gente le abrió paso y pudo hacer que la anciana subiera al tren.
- Muchas gracias jovencito, si no hubiera sido por usted, jamás hubiera podido subir al tren - dijo la anciana.
- Lo mismo digo, señora - respondió el joven.